jueves, 10 de septiembre de 2015

ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN


Elementos básicos:
1.    Acción, el argumento de la historia. La división más tradicional es:

a.    Planteamiento: se presentan los hechos y los personajes básicos de la acción.

b.    Nudo: los hechos se van desarrollando.

c.     Desenlace, final de la historia:

                                               Abierto: la narración concluye pero la vida de los personajes continúa sin que sepamos cómo.

                                             o cerrado: la narración concluye y la vida de los personajes continúa, pero podemos saber perfectamente cómo.



2.    Narrador/-a (IMPORTANTE: no confundas narrador/a con autor/a; por ejemplo, el narrador de El Lazarillo es Lázaro, pero no se sabe quién es el autor):

a.    Si es en 1ª persona (narrador interno):

                                     Personaje principal o protagonista.

                                     Personaje secundario.

                           Personaje observador: se limita a observar (el/la investigador/a de las novelas de misterio, por ejemplo).

b.    Si es en 3ª persona (narrador externo):

                                               Narrador omnisciente: conoce todo de la historia.

                                             Narrador editor: publica, edita, un texto que ha encontrado (recuerda que es un recurso literario, no es real)

                                            Narrador observador: solo conoce lo que puede observar, lo que puede ver (por ejemplo, no conoce el interior de los personajes ni qué pasará en el futuro dentro de la historia).



3.    Personajes. Los elementos de análisis de un personaje son:

a.    Presentación:

                                    directamente a través de sus palabras o acciones,

                                             a través del narrador.

                                             a través de otro personaje.

b.    Nombre:

                                             identificador: su nombre propio,

                                      o simbólico: el nombre propio señala rasgos físicos o psicológicos del personaje: por ejemplo, Benina es una mujer muy buena (de la novela Misericordia, de Galdós).

c.     Descripción física.

d.    Descripción psicológica. Tipo de personaje:

                                               plano: no cambia en su forma de pensar o actuar a lo largo de la acción.

                                             redondo: cambia en su forma de pensar o actuar a lo largo de la acción.

e.    Importancia en el relato:

                                       Personaje principal o protagonista: participa en la mayor parte de los hechos.

                                             Personaje secundario: participa en algunos hechos, no en la mayor parte.



4.    Espacio, en qué lugar o lugares se desarrolla la acción:

a.    Abierto (una playa, un bosque…) o cerrado (una habitación, un instituto…)

b.    Real, imaginario (no existe pero podría existir) o fantástico (no existe).



5.    Tiempo:

a.    Lineal: los hechos se desarrollan cronologicamente.

b.    Flash-back: saltos en el tiempo hacia atrás o hacia delante (flash-forward).

c.     In media res: la historia se inicia hacia la mitad, cuando ya los hechos han comenzado (evidentemente, luego se emplea el flash-back).





Si debes redactar un texto narrativo, ten en cuenta todos estos elementos antes de empezar a escribir. Y, además, sería conveniente que en tu borrador incluyeras estos otros:

1.    Divide el texto en párrafos y, dentro de cada párrafo, en oraciones. No te olvides de usar conectores tanto para unir unos como otras.

2.    Utiliza descripciones de personas, lugares u objetos.

3.    Si quieres, puedes usar diálogos entre los personajes. En ese caso no te olvides de utilizar verbos dicendi (“decir” y sus sinónimos: comentar, explicar, replicar, contestar…), dos puntos, y una raya o comillas.

4.    Usa los verbos preferentemente en pretérito perfecto simple (“dijo”) o pretérito imperfecto (“decía”) de indicativo.

Puedes usar otros tiempos, como el presente, pero ten cuidado: si eliges un tiempo para la narración no lo cambies, no pases del presente al pasado puesto que este es un error estilístico grave.


Muy recomendable la película Más extraño que la ficción (2006), de Marc Forster:


 y la novela Niebla (1914), de Unamuno.











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